Otro de los distritos que menos visitan los turistas y donde puedes descubrir auténticos tesoros para ver, vivir y disfrutar. Los barrios que lo componen son Baró de Viver; Bon Pastor; el Congrés i els Indians; Navas; Sant Andreu de Palomar; La Sagrera, y Trinitat Vella.
El complejo de la antigua fábrica de hilaturas de Fabra i Coats, situado en el distrito desde comienzos de siglo, es hoy un centro multidisciplinar donde siempre hay alguna exposición que ver o actividad que compartir. La verdad es que el pasado industrial reconvertido a otros usos, es el que da ese carácter tan distintivo al distrito. Otro ejemplo es la factoría de camiones de La Pegaso, que es ahora parque.
Otro de los aspectos que caracteriza a Sant Andreu es la rica y singular disparidad en su oferta comercial y gastronómica. Desde el moderno Centro Comercial La Maquinista, con más de 200 tiendas, ubicado en un espacio arquitectónico totalmente remodelado, hasta multitud de establecimientos centenarios con una historia y tradición que enorgullecen a los vecinos del barrio y te hechizarán.
Hablamos por ejemplo del Mercat de Sant Andreu, situado en la plaza del Mercadal,. Con paradas míticas, como la Bacallanería Perelló. Otros establecimientos centenarios que te aconsejamos son la Cansaladeria Puig, la Taberna Can Roca, la imprenta Baltasar -la más antigua de Catalunya-, el horno de pan de Can Tur, la churrería Sant Andreu, o el mítico Bar Colombia de la Rambla de Fabra i Puig, que data de 1913
Y si nos referimos al legado modernista, Sant Andreu también tiene sus ejemplos. En pleno corazón de Sant Andreu, en la plaça del Comerç con el carrer Gran, sobresale el edificio de Can Vidal, donde se encuentra el emblemático Bar Versalles, o la farmacia Guinart de 1896, que la familia del mismo nombre ha conservado durante generaciones.
Finalmente, como ejemplo de arquitectura contemporánea, tienes el puente de Bac de Roda, obra del arquitecto Santiago Calatrava, inaugurado en 1987, y que une el distrito con el de Sant Martí.