Antiguamente tres barrios independientes integran hoy la parte más este del distrito de Ciutat Vella: Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera. Te recomendamos visitar El Born, de ambiente bohemio y con multitud de tiendas, bares y restaurantes. También el Palau de la Música, declarado Patrimonio Mundial de la Unesco; el Museu Picasso; el popular Mercado de Santa Caterina y la novelada basílica de Santa María del Mar. Aquí también se hallan el Zoo, el Parc de La Ciutadella, la Lonja de Barcelona.
Ver reportaje La catedral del mar.
El Gótico es el barrio más antiguo del distrito, comprende lo que antiguamente se llamaba barrio de la catedral. Aquí se encuentran los grandes edificios góticos que señalan el apogeo de la ciudad y su cultura en la Edad Media. También se conservan los restos de las antiguas fortificaciones y palacios que fundaron los romanos sobre el Taber, como el templo dedicado a Augusto y las murallas. Parte de su fisonomía responde al Noucentisme barcelonés. Clásicos turísticos son la Plaça Reial, la Plaça de Sant Jaume, “El Call” o judería o la Plaça de Sant Felip Neri. Si te gusta hacer shopping, el Portal de l’Àngel es tu destino ideal.
Ver Ruta barrio Gótico.
El Raval es multicultural en su paisaje humano, lo que se demuestra en su oferta gastronómica. Conocido antaño como el “barrio chino”, la administración y los vecinos se han volcado en su transformación, y esta se nota, ya que cruzar por la calle Hospital, desde Las Ramblas al mercado de Sant Antoni, puede ser todo un placer de media mañana dominical. Ineludible que veas la escultura del Gato Negro de Botero en la Rambla del Raval; el MACBA, Museu de Art Comtemporani de Barcelona, el Palau Güell de Gaudí (Nou de la Rambla, 3-5) y el mercado de La Boquería, en las Ramblas. Al inicio de ella tienes la famosa Font de Canaletes donde los aficionados al Barça celebran sus victorias. Y al final, las Drassanes, bello ejemplo del gótico civil catalán.
La Barceloneta, cuyos orígenes se remontan al siglo XVIII, es el barrio que linda al mar, marinero por excelencia y con un paisaje de calles estrechas con un aire muy familiar que en seguida te conquistará. Es como entrar en cualquier pueblo pesquero de la costa mediterránea, pero en pleno centro de la ciudad. Se encierra entre playas, el llamado Port Vell, la Estació de França y el más reciente Port Olímpic, que linda con el barrio, todo ello de gran interés paisajístico y arquitectónico.
